Dentro de las rutinas que en muchas casas hay instauradas a la hora de ir a dormir como pueden ser el baño, la cena, lavado de dientes, hora del cuento, ratito de jugar etc creo que la única que nosotros tenemos realmente como rutina del día a día es la de contar el cuento. Las demás, muchos días nos las vamos saltando pero el cuento no lo perdona.
Yo soy una gran lectora y tengo muy claro que si quieres hacer niños lectores no hay que obligar, hay que dejar que te vean leyendo. Por eso tan importante es que nos vean leyendo como que les leamos nosotros, aunque ellos ya sepan leer.
Ese instante de leer el cuento potencia el amor por la lectura en los niños. unos días querrán que los leamos nosotros y otros querrán que lo hagamos en conjunto. Es bonito compartir ese momento y ver como poco a poco se implican cada vez más.
Al mismo tiempo también refuerza el vínculo afectivo con los padres o con la persona que se los lee, que puede ser su abuela, un hermano mayor, un tio o mamá y papá.
Contar y escuchar cuentos aporta conocimiento, amplía el vocabulario, mejora la expresión oral y la atención.
Sobre todo al tratarse de cuentos con imágenes, estamos acercando a los niños a palabras y objetos nuevos para ellos y a través de la historia conocen su significado y pronunciación adquiriendo así un mayor vocabulario y mejor pronunciación.
El momento del cuento ayuda a desarrollar el cerebro del niño, mejora su memoria ,la lógica y los relaja.
Se dice que un niño pequeño necesita ver una película varias veces para poder seguir la historia correctamente y con los cuentos ocurre algo similar. La primera vez puede que no se enteren de la historia pero las restantes irán fijándose más, se anticiparán a los acontecimientos y usarán la lógica para desarrollarla.
Por si todo eso fuera poco, también contribuyen a estimular su imaginación y creatividad, que no os importe improvisar diálogos o añadir tramas al cuento a medida que los leeis inlcuso haciendo partícipes a los niños de ello. Eso es buenísimo para estimular su imaginación e inventiva.
Además a través de los cuentos podemos inculcarles valores y enseñarles a gestionar emociones. Son una potente herramienta en edad infantil que muchas veces no aprovechamos como podríamos hacerlo.