Un niño de dos a cuatro años es un niño que quiere descubrir el mundo, explorar, tocar, tirar, pegar golpes y disfrutar aprendiendo cosas nuevas. Pero los padres deben armarse de paciencia y entender que los niños pequeños están creciendo y aprendiendo, además que intentar que se esté quieto es como ir en contra de la naturaleza.
Por eso hoy quiero darte algunos consejos para enseñar disciplina positiva a los niños de dos (a cuatro) años que va más allá de establecer rutinas diarias (que también son necesarias).
Sal con tu hijo preparado
Si quieres ir a comprar o a dar una vuelta, para que no se convierta en una pesadilla tendrás que hacerlo con tu hijo bien descansado y bien alimentado. Siempre que sea posible, intenta llevar a tu hijo a pasear o a comprar en el mejor momento, si tiene sueño o hambre es mejor dejarlo para otro rato.
Maneja el mal comportamiento
Si tu hijo se está comportando de forma negativa, es adecuado que enfoques su atención en otra cosa para distraerle. ¿Qué te parecería mostrarle un objeto en otro dormitorio? Así podrá dejar lo que está haciendo y centrarse en la nueva actividad (y no tendrás la necesidad de reñirle o crear un ambiente negativo).
Crea reglas y normas
Cuando crees normas y reglas en casa, tendrás que enseñarle a tu hijo también a cómo conseguirlas (no esperes que las aprenda por sí solo). Tendrás que establecer reglas en casa y hacerlas que las cumpla, por ejemplo, si tienes un niño y no entiende cómo acariciar al gato con suavidad le puedes decir “suave” y mostrarle cómo se acaricia suavemente. De nada sirve que le grites, “¡No!” Si después no le enseñas a hacerlo bien.
Los niños pequeños necesitan recordatorios frecuentes y también practicarán las cosas una y otra vez. Por ejemplo si usas el lenguaje y le muestras cómo se hacen las cosas para ayudar y reforzar a tu hijo podrás conseguir mucho mejor que cumpla las reglas por sí solo.
Explicaciones cortas y sencillas
Las explicaciones tendrán que ser de dos o tres palabras porque los niños tienen una pequeña capacidad de atención para escuchar las explicaciones del adulto. Tu hijo necesitará frases cortas como, “no se pega, eso me duele”. A medida que vaya desarrollando el lenguaje podrás utilizar explicaciones algo más detalladas.