Sobreprotección

La sobreprotección del siglo XXI

Cada vez es más habitual que en el ámbito educativo, y en todos aquellos escenarios relacionados con el desarrollo de habilidades y competencias en la etapa infantil y adolescente, tengamos que enfrentarnos a una serie de barreras que no vienen determinadas por el propio desarrollo evolutivo del menor, sino que, más bien, han sido generadas por un instinto de protección excesivo de sus progenitores y su entorno cercano, y que ha derivado en lo que se conoce coloquialmente como ‘sobreprotección’.

El desarrollo de la sobreprotección, que suele estar asociado principalmente al entorno familiar, se puede definir como la tendencia errónea de los progenitores hacia la resolución de los problemas a los que deben enfrentarse sus hijos en el desarrollo de su vida en sociedad, aun cuando estos se encuentran totalmente capacitados para superar de una forma eficaz dichos obstáculos.

En contra de lo que se puede presumir, este comportamiento no está dirigido a garantizar la seguridad de los más pequeños, sino que se trata de una reacción inconsciente asociada a generar una mayor comodidad de las personas adultas ante los posibles problemas que puede conllevar el comportamiento individual y autónomo de sus hijos.
No obstante, es preciso poner de manifiesto que este comportamiento afecta directamente a uno de los mecanismos más importantes para el aprendizaje humano, como es su capacidad de resiliencia, es decir, a la posibilidad de aprender de sus experiencias y extraer una lectura positiva y constructiva de sus errores del pasado.

Del mismo modo, la principal consecuencia de este comportamiento paternofilial estará relacionada con una considerable disminución de la autoestima del menor, reduciendo, por tanto, su percepción de seguridad y la capacidad de autonomía en el desarrollo de sus actuaciones, teniendo que recurrir de una forma continua a la búsqueda de un apoyo y supervisión externa de personas adultas, necesitando de su aprobación previa para la toma de decisiones.

En definitiva, dada la importancia de este tema en el desarrollo evolutivo del niño y en relación a las barreras que esto puede suponer en la adquisición de capacidades y habilidades del menor, trataremos con mayor profundidad este aspecto en próximas entradas.